Después de cuatro meses de negociaciones, como siempre a espalda de los trabajadores, el secretariado de la UOM inicio un plan de lucha que comenzó con el importante paro y movilización del jueves 24 de julio.
Ese día, después de 15 años los trabajadores metalúrgicos volvimos a salir a la calle, cansados de la intransigencia patronal de no querer ajustar los ya bajos salarios de los trabajadores metalúrgicos, cansados de tener uno de los básicos de convenio más bajo de toda la industria. Cansados que todos los día los precios de la canasta familiar aumenten y el Indec nos siga mintiendo descaradamente. Cansados de los despidos y suspensiones. Cansados de las malas condiciones de trabajo y de seguridad. Cansados de la división y la fragmentación que hacen las patronales de dividirnos entre efectivos, de agencia y tercerizados. Cansados de empresarios que amasan fortunas con el sudor de los trabajadores.
El 22% que está pidiendo la UOM solo sirve para mantener el poder adquisitivo que teníamos el año pasado. Pero estos viejos dirigentes ni siquiera están convencidos de este porcentaje y en cualquier momento negocian un porcentaje menor. Pero además estamos con una pata renga, ya que las empresas Siderurgias (Siderar, Siderca y Acindar) negocian por separado y firmaron “paz social” por un mes y no están parando y ahora arreglaron con Peugeot, por lo cual se cae otro importante soldado.
Una primera conclusión, es que, con dirigentes como estos, que no sufren ni viven lo que padecemos los trabajadores metalúrgicos, se hace muy difícil, recuperar el salario, defenderse de los despidos y suspensiones y trabajar para tener una vida más digna.
Necesitamos transitar otro camino, un camino de unidad, la unidad de los de abajo, desde cada taller o fabrica, decidiendo democráticamente entre todos, recuperando un protagonismo de lucha y movilización. Es mas urgente que nunca que se llame a un congreso nacional de delegados con mandatos de asamblea para conseguir que no se levante la medida si no se consigue el objetivo del 22% y no se le paguen las horas caídas y los premios a todos los trabajadores metalúrgicos.
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