La fragua metalurgica:

"la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos" "Solo el pueblo salvará al pueblo"

lunes, 27 de julio de 2015

Acindar, 2015

Por Carlos Del Frade

(APe).- -Hay alrededor de mil doscientos trabajadores efectivos y otros tantos tercerizados… por eso sentimos que los despidos que sufrimos a principios de julio tienen la idea de dejar una huella para disciplinar a estas nuevas generaciones de obreros que vuelve a discutir condiciones de trabajo…-dice Matías Rufini, uno de los delegados de base e integrante de la Comisión Interna de Acindar, la empresa siderúrgica que ahora responde al grupo hindú Arcelor Mital.

En estos días, una vez más, como a lo largo de los últimos cuarenta años, Acindar produjo el despido de doce trabajadores y, en forma paralela, las familias de los trabajadores salieron a las calles de Villa Constitución, en el sur de la provincia de Santa Fe, a reclamar por la continuidad laboral.

Las fotografías volvieron a mostrar chicas y chicos, gurrumines que levantan papeles afiches con las leyendas que piden por la devolución del trabajo para sus padres.Esas imágenes tienen parientes cercanos en el proceso de la vida de un pueblo.

En 1991, por ejemplo, la fábrica tenía 3.600 trabajadores. Hoy, con menos de la mitad de obreros, la producción aumentó y también creció la tercerización.

A principios del tercer milenio, las luchas volvieron ante la indignación que generaron distintas muertes de trabajadores por falta de inversión en seguridad industrial.

Por eso Acindar, más allá de los cambios de firmas, parece seguir marcando pautas culturales entre las grandes empresas argentinas.

No es casualidad. Forma parte de la evolución social argentina.

Cuatro décadas atrás, su poder quedó marcado a fuego en la memoria de las mayorías.

En aquellos días de 1975, José Alfredo Martínez de Hoz era el gerente general de Acindar. Ya era conocido en el mundo obrero pero mucho más en los sectores dominantes de la Argentina. Su rol fue clave en la provincia de Tucumán, durante la primera parte de los años sesenta, cuando recomendó el cierre de ingenios azucareros que, tiempo después, generaría convulsiones sociales que fueron graficadas en la muestra artística impulsada por la CGT de los Argentinos en Rosario que se llamó “Tucumán Arde”.

En abril de 1974, uno de los hechos sociales, gremiales y políticos de mayor trascendencia tuvo lugar en Villa Constitución: el Villazo. El abrazo de toda la comunidad al triunfo de la Lista Marrón en la interna de la poderosa Unión Obrera Metalúrgica. La figura de Alberto Piccinini, junto a la de Agustín Tosco, René Salamanca, Raimundo Ongaro y Néstor Mouglia, generaba el repudio de las grandes patronales.

El 20 de marzo de 1975, los grandes empresarios de la zona invirtieron 200 dólares por cabeza para pagar a 4 mil asesinos la invasión de la ciudad obrera, la conversión del viejo albergue de solteros de la fábrica en uno de los primeros centros clandestinos de detención del país y la desaparición de casi setenta trabajadores a partir de aquel momento.

Eran los días del gobierno de María Estela Martínez de Perón, “Isabelita”, y aquella invasión a Villa Constitución presentaba en sociedad el terrorismo de estado, pensado desde los delincuentes de guante blanco, los grandes patrones, los verdaderos titiriteros de la sociedad y ejecutado, un año después, por los títeres macabros que fueron los integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad.

Después del 24 de marzo de 1976, Martínez de Hoz, desde Acindar, asumiría el ministerio de Economía de la dictadura.

Los nuevos despidos en Acindar y su curiosa manera de aceptar la conciliación obligatoria sin permitir el ingreso de los trabajadores despedidos, hace necesario pensar el actual rol que cumplen los grandes señores que están por detrás del poder económico concentrado en las principales doscientas empresas que hoy manejan la Argentina.

Una vez más la memoria sirve para el presente, no para el pasado.

Porque ese legado explica también por qué las nuevas generaciones de trabajadores parecen ser educados en la obediencia debida a las grandes patronales.

Fuente: Diario “La Capital”, martes 21 de julio de 2015; “El litotral, 30 años después. Sangre, dinero y dignidad”, del autor de esta


martes, 14 de julio de 2015

UN NUEVO ACCIDENTE MORTAL EN SIDERAR

Hace un mes denunciábamos en estas páginas el terrible accidente de Claudio Nicodemo, compañero que por poco salvó su vida pero perdiendo las dos piernas. Lo enmarcábamos como producto de las condiciones de trabajo y la sed de ganancias de las grandes industrias, ya que donde antes trabajaban tres, Claudio debía trabajar solo y con un control remoto. Un negocio para la patronal que reducía los tres puestos a uno, pero a costa de la salud y la vida de los trabajadores.

Esta vez el accidente dejó una víctima fatal y envuelve de bronca y tristeza a todos los trabajadores. Mariano Ruiz, de 35 años, trabajador de Sidernet (una contratista de Techint), se ocupaba del traslado de materiales en camiones volcadores. Ayer conducía un camión volcador, cuya caja terminó enganchando un puente y lo despidió de la cabina, provocando su fallecimiento de forma inmediata. Su acompañante, Jonatan Rial, sufrió heridas y se encuentra internado. Es una lamentable y dolorosa "tragedia anunciada".

Sin embargo, la respuesta inmediata de la empresa fue buscar la responsabilidad de la víctima.

Siderar, perteneciente al grupo Techint y una de las principales empresas productoras de acero plano, gana miles de millones de dólares pero mantiene a más del 50% de sus trabajadores tercerizados. Es la responsable de que a diario sus trabajadores sufran mutilaciones productos de los ritmos de producción, de largas jornadas agotadoras, de condiciones de precariedad, falta de mantenimiento que hace que las máquinas se reparen a la rotura.

Todo un cóctel explosivo que produce estas "tragedias"; que no son más que verdaderos asesinatos patronales. Los empresarios priorizan sus ganancias por sobre la integridad física y la vidas de sus trabajadores que se convierten en simples números.

Toda la bronca que explotó forzó a que la UOM local llame a un paro de 24 horas. Pero durante estos años del final del mandato kirchnerista, las patronales apretaron las tuercas provocando estos accidentes y la polítca de la UOM se mostró impotente para frenar esta sangría, que seguirá su curso si los trabajadores no logramos ponerles un freno.

Pasaron pocos días del aplastamiento de un trabajador en Paraná Metal y de la explosión de un silo en El Paraíso. Nuevas familias envueltas en la desazón y la bronca. Las muertes las seguimos poniendo quienes a diario debemos enfrentar estas situaciones.

Mientras las patronales cuentan sus millones, los trabajadores pagan las terribles consecuencias

jueves, 2 de julio de 2015

Villa Constitución Sigue el paro en Acindar y se suman despidos

 En una asamblea culminada hace minutos, los metalúrgicos definieron continuar el paro iniciado ayer al mediodía. Ayer por la noche, se sumaron otros 4 despidos de empleados de planta, por lo que los cesanteados aumentaron a doce (6 de planta y 6 contratados). A partir de las 17 horas habrá un encuentro entre las partes en el Ministerio de Trabajo de la Provincia. Por la noche, una nueva asamblea definirá pasos a seguir.



El conflicto en Acindar Villa Constitución continúa y parece profundizarse. Es que a los ocho despidos concretados ayer, se sumaron otros cuatro de personal de planta, ascendiendo así a doce el total de cesanteados. La medida de fuerza iniciada el miércoles a las 13 horas, se desarrolla con una gran participación obrera, en sintonía con la comisión interna y la Unión Obrera Metalúrgica. En un comunicado, los metalúrgicos repudiaron el accionar de la empresa y consideraron que los despidos son por persecución gremial.

Vale destacar, que según indicó Silvio Acosta, Secretario General de la CTA Villa Constitución y representante de base en Acindar, además de la pérdida de puestos de trabajo "lo que implica la salida de estos compañeros es que los sectores donde se desempeñan cubran la producción con menos gente. Y esto pone en riesgo la seguridad de los compañeros que continúan en los puestos de trabajo", expresó . En sintonía en el mencionado comunicado se apuntó que la empresa le resta importancia a los comité mixto de seguridad e higiene y no aplica los requisitos que garantizarían que los obreros no dejen la salud y la vida en el trabajo.

Por su parte, la cartera laboral convocó a una reunión entre las partes para las 17 horas. Los metalúrgicos en tanto definirán en una asamblea que se iniciará a las 22 horas los pasos a seguir.

Siniestra

Acindar tiene una historia cargada de oscuridades y vinculación activa con los momentos más sangrientos de la historia nacional. En consonancia, los últimos años fue epicentro de graves accidentes, donde incluso hubo muertos y heridos graves.

En febrero de 2008 dos jóvenes contratados perdieron la vida en el horno de la planta villense mientras lo reparaban. En el mismo episodio hubo otros seis obreros heridos. El propio Ministerio de Trabajo de la Provincia apuntó a la empresa como responsable.

Durante la mañana del 24 de octubre de 2013, la desidia volvió a cargarse la vida de un trabajador.Roberto Sosa fue la nueva víctima y, según el propio gerente de Asuntos Externos de Acindar “hacia 27 años que trabajaba en planta, tenía mucha experiencia y era uno de los mejores operarios que teníamos trabajando, sus antecedentes son excelentes".

En tanto, en abril de este año, una explosión en un horno del sector conocido como REDI provocó daños e incertidumbre dentro de la planta metalúrgica. A estos hechos de gravedad se les suman los que no se difunden, como los accidentes por quemaduras -el mes pasado un metalúrgico sufrió serias lesiones en sus piernas en la misma planta- , quebraduras, entre otras, y las silenciosas enfermedades laborales que van deteriorando a los trabajadores. Un elemento que apareció a fines de 2014, cuando Acindar intentó despedir a un empleado que estaba de licencia por enfermedad.

"Hace dos años que asumimos como comisión interna y venimos denunciando el cambio de política por parte de la empresa. Hace dos años nos plantearon que iban a achicar costos y aumentar productividad. Nosotros consideramos que todo eso se tiene que hacer en condiciones seguras, con salarios acordes y los compañeros en sus puestos. Porque como están haciendo ahora, pareciera que nos quieren usar a nosotros de válvula de escape. Nosotros no vamos a poner en riesgo la salud y la seguridad de los compañeros", aseguró el dirigente de la CTA Villa Constitución.

Al día de hoy, la ciudad del sur santafecino sigue conmocionada por el fallecimiento de un operario en Paraná Metal el viernes pasado y no quiere volver a llorar a un vecino. "Para darse una idea, en un sector donde trabajan 5 personas, se pasa a trabajar con 3. Nosotros les dijimos que no podía ser así por cuestión de seguridad, se tiene que respetar el total de personas en los sectores porque hay estudios por procedimiento y seguridad", destacó.

Consultado sobre las razones del ajuste, Acosta reiteró la problemática desatada con el ingreso de acero chino al país en un marco de sobreproducción mundial. "Ese acero lo fabricábamos nosotros y la empresa empieza a especular en ese escenario. Quieren que la variable de ajuste seamos nosotros", analizó.