La fragua metalurgica:

"la liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos" "Solo el pueblo salvará al pueblo"

miércoles, 22 de agosto de 2012

Compañero Felipe Vallese presente!!!!!!


Hoy 50 años después recordamos a  Felipe Vallese, erecordar a uno de los tantos hijos caídos que ha dado la lucha de este pueblo por la justicia social; esa tan ansiada justicia social que los trabajadores merecemos.
Pero Felipe no era uno más, sino que pasará a la historia como el primer desaparecido; si, ese método que los poderosos de afuera y de adentro del país utilizarían masivamente unos años más tarde para doblegar la resistencia de este pueblo. Tampoco para nosotros, los metalúrgicos, será uno más, ya que Felipe trabajaba en la fábrica TEA (trafilación y esmaltación de alambre) de Capital Federal, y con solo 22 años ya era delegado, afiliado a la UOM.
No eran tiempos fáciles, como tampoco lo son hoy. Cuando ingresó a trabajar en la empresa, gobernaba el presidente Frondizi y el peronismo continuaba proscripto y muchos sindicatos seguían intervenidos por militares “libertadores”. La resistencia pasaba principalmente por la clase obrera, que lucho tenazmente por no perder los derechos que duramente habían conseguido. Se suceden huelgas y sabotajes y algún que otro caño.
Felipe no estuvo ajeno a ninguna lucha, ya que aparte de su militancia gremial, fue unos de los fundadores de la primera juventud peronista, del grupo conocido como “corrientes y esmeralda” con históricos de la resistencia como Rearte, El Kadri, Bevilaqua, etc.
Lo demás se fue conociendo luego: el 23 de agosto de 1962, Felipe venia caminando por la calle Canalejas del barrio de Flores, y a la altura del 1776, un grupo de la brigada de San Martín lo secuestran para buscar “información” acerca de la jotapé. Por lo que pudo saberse, es trasladado a la unidad Regional San Martín, donde es salvajemente torturado con picana electrica y ferozmente golpeado, junto a otro grupo de compañeros que también habían sido secuestrados esa noche. Luego es llevado a la comisaría de Villa Lynch del mismo partido, donde alcanza a darle a un preso común un papel con el teléfono de la UOM, para que avise de su situación, ya que estaba casi destruido por los golpes y la tortura. Esa fue la última vez que alguien lo vio con vida. Seguramente por las golpizas, su cuerpo jamás apareció. La uom en ese momento conducida por el “lobo” Vandor “tardó” en reaccionar en pedir su aparición; ya que el “lobo” siempre “sospechaba” de su militancia de base, auténticamente representativa de los obreros.
Han pasado 50 años y los mismos burócratas hijos de Vandor siguen atornillados en los sillones. Hasta el nombre de la agrupación que dirige el gremio lleva el nombre del traidor. Y Calo como lo hacía Vandor quiere formar una CGT sirviente del poder de turno y para eso se junta con la lacra asesina, cómplice de la dictadura y el neoliberalismo.
Como Felipe Vallese, hoy la mayoría de los trabajadores no estamos de acuerdo con el verticalismo y las transas de estos dirigentes sindicales. Pero si bien ellos son responsables, al mismo tiempo nuestra falta de unidad y organización realimenta la fragmentación y la debilidad.
Tenemos que construir nuestro propio poder, ese que se siente cuando nos ponemos de acuerdo y nos juntamos muchos y muchas, y donde todos somos distintos pero nadie es más que nadie. No tenemos que pedirle permiso a ningún dirigente para reclamar lo que es nuestro. Eso sólo si participamos y empezamos a ver cómo nos autorganizamos, desde abajo, entre iguales.
Este es el mejor homenaje que le podemos realizar.

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