Carlos Gonzalez, para Rompiendo Cadenas .
Durante la década de los 90´ la industria siderurgica vivió un proceso de reconversión cuyo patrón fue la concentración de la producción y centralización del capital que se ha ido configurando en dicho periodo, y que derivó en la consolidación de dos cuasi –monopolios en el ámbito de la siderurgia local: la organización Techint (Siderca y Siderar) y el grupo Arcelor Mittal (Acindar).
Techint, se orientó a través de TenarisSiderca como proveedor de materiales de infraestructura para la industria petrolera (fundamentalmente tubos sin costura), desarrollando una fuerte estrategia de inserción internacional. Por otro lado TerniumSiderar, se especializó en la fabricación de laminados e frío y caliente. También en productos de alto valor agregado como aceros recubiertos, galvanizados, pintados y estañados. Acindar, se orientó a la producción de materiales para la construcción y para el sector agropecuario.
Durante este periodo la productividad sectorial creció alrededor de un 20 por ciento de la mano de una intensificación y precarización del uso del trabajo (reducción de personal, tercerización de distintas áreas de producción y servicios, etc.)
Con la salida de la convertibilidad se inicia un proceso ascendente que prosigue hasta la actualidad, donde la producción de acero crudo alcanzó el año pasado su máximo histórico (5.700.000 toneladas), en un continuo de crecimiento de cinco años. Este crecimiento fue acompañado por ganancias extraordinarias, donde la rentabilidad medida en términos de patrimonio neto de las empresas que operan en el país se ubica entre las más elevadas del mundo[1]. Siderar reportó una ganancia operativa por 1252 millones de pesos y ventas netas por 6.093 millones de pesos acumulados durante los primeros 9 meses del 2008; mientras que Tenaris acumulo en el 2008 ganancias por 3027,9 millones de dólares.¡Estas ganancias fabulosas triplican las tasas de ganancias de cualquier siderurgia de los países centrales!
Si bien es cierto que la sobreproducción de mercancías, que caracteriza a la crisis actual golpea a una industria internacionalizada como la Siderurgia[2] , quieren que la única variable de ajuste sean los trabajadores.
En todas las plantas, comenzaron con adelantar vacaciones, luego a suspender y despedir en el eslabón mas débil: los trabajadores tercerizados[3], en diciembre, Siderar anunció el despido de 1200 operarios que reparaban sus altos hornos ubicados en San Nicolás a los que luego suspendió 15 días por mes con solo el 50% de los ya bajos salarios, ahora empezaron las suspensiones con los trabajadores de planta permanente, acordadas de espalda a los trabajadores entre el sindicato y las patronales. Mientras, tratan de plantear las suspensiones y los despidos como una consecuencia “natural” de la crisis en la que ellos no tienen culpa. ¡Es la ley de Dios!.
Las salidas que nos proponen los de arriba presuponen siempre fuertes incrementos de productividad, que como contrapartida generan pérdidas de empleo,caída del salario y mayor precarización laboral. Si no nos organizamos y unimos, terminaran haciendo lo que saben de memoria: utilizar la crisis para avanzar sobre los trabajadores, ya que los primeros momentos siempre hay temores y desorganización entre los trabajadores. Ellos lo dicen con todas las letras: "las crisis como la que vivimos son esencialmente oportunidades para ganar productividad, eficiencia y mejorar posicionamiento de cara al futuro" manifestó el CEO de Ternium, Daniel Novegil cuando a fines del año pasado, el grupo Techint organizó su Seminario ProPymes en el hotel Hilton de Puerto Madero. Ante tanta sinceridad ¿Qué vamos hacer los trabajadores?
En cualquier escenario próximo los trabajadores siderúrgicos sufriremos duros embates, si no logramos afianzar la resistencia a los planes de estos capitales monopólicos. No es posible resistir a estos planes negociando a espaldas de los trabajadores empresa por empresa, planta por planta, como se viene haciendo en la actualidad con la complicidad de la UOM. Estos viejos dirigentes ni siquiera han declarado el simbólico “estado de alerta”. La iniciativa fundamental primera es asamblea inmediata y exigir un congreso nacional de delegados siderurgicos[4] para organizar la resistencia que tenga como objetivo rechazar las suspensiones, preservar los puestos de trabajo de efectivos y contratados y defender el poder adquisitivo de los salarios.
Tenemos que preguntamos, sino llegó la hora de que los trabajadores siderúrgicos iniciemos el camino de una lucha consecuente por terminar con todo tipo de precarización y flexibilización laboral y empezar un debate en serio, sobre la necesidad, de que los importantes recursos que significa la industria siderurgica, en vez de estar bajo los principios de la competencia y el beneficio, sean puestos al servicio del desarrollo del país y en beneficio de toda la sociedad.
[1] Por ejemplo Siderar tiene una rentabilidad promedio de los últimos años de 20%, contra una rentabilidad de 4% en EEUU, 3% en Alemania.
[2] La producción de acero crudo de enero de 2009 alcanzó las 283.900 toneladas, 31.9% menor a la de enero del año anterior (417.000 toneladas) y 6.7 % superior a los valores de diciembre ’08 (266.100 toneladas).
[3] En las principales plantas de las tres empresas entre el 40 y el 50% de los trabajadores son de empresas tercerizadas (mantenimiento, embalaje, transporte interno, puertos, limpieza, etc)
[4] En septiembre del 2008 se realizo en San Nicolás un congreso de esta naturaleza cuyo objetivo era “hacer campaña” antes de las elecciones sindicales en la UOM
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